¿Recuerdas cómo hace algunos años veías tus programas de televisión, salía un comercial de dulces, tiendas o artículos personales y se te ocurría que estaría bien comprar algo de eso? Tanto así que te aprendías de memoria el diálogo del anuncio. ¿Hoy te pasa mucho? Piensa en el último aparato electrónico o de valor que compraste y cómo llegaste a él. Si lo investigaste en internet, te apareció mientras estabas navegando en línea o buscaste en dónde conseguirlo más fácil, entonces probablemente te identificarás con uno de los nuevos tipos de consumidores.
Nuevos perfiles de consumidores y que hace que esos compradores conecten con las marcas.
Los compradores virtuosos. Para este tipo de consumidores, lo que resulta concluyente es la ética de lo que consumen y de las marcas que producen esos productos y servicios. Quieren que sean respetuosos con el entorno, tanto a nivel de producción como en relación con las personas. Es lo que hace que, a pesar de la tendencia a los bajos precios de los últimos años, las tiendas tengan cada vez más (en los supermercados se podría decir que es siempre) productos de proximidad o de comercio justo.
El capitalista social. Para estos consumidores, las compañías tienen que ser capaces de crear una experiencia de compra que ayude y se vincule a lo social. Es decir, tienen no solo que vender, sino también crear lo que el análisis llama "stop spots", espacios en los que los consumidores se pueden parar, vivir experiencias y descubrir cosas. La experiencia en general de compra también tiene que ser mejor para conectar con estos consumidores.
El comprador de la era del autocuidado. Los consumidores de este nuevo perfil disfrutan sintiendo que se han ganado la compra. Es lo que hace que funcionen los procesos de compra de buscar gangas y grandes ofertas o los rituales de compras vinculados a días específicos (como el Black Friday). Pero también ha cambiado la psicología detrás de este proceso de consumo. No es comprar a modo de autoindulgencia ni tampoco comprar porque se necesitan, sino más bien comprar como una manera de autopremiarse, de sentirse mejor. Los vendedores y las marcas necesitan comprender, echando mano de los datos y del análisis de los consumidores, cómo estos están cambiando y qué es lo que hace ahora que se sientan bien para así conseguir conectar con ellos.
Recuerda que ahora todos vivimos en un mundo mucho más ágil y las opciones son: estar en el tren y avanzar a la misma velocidad, o estar fuera de él y quedarse atrás.